baila




Ella baila
llena el espacio
como un ave despliega sus plumas
pinta el lienzo que es el aire y el tablao.
La música desfila entre la morera
y se enreda en la entraña.
Los pies, las palmas, el cante,
todos van a una.
Son el fuego y el silencio cargado de emoción.
Como felino a punto de saltar.
Taconeo, voz, silencio.
Jaleo, cuerdas, percusión.
Arranque, tregua y sumisión.
Pasión, escucha, comunicación.
Un tomar y dar. Callar y gritar.
El cante de la tierra,
volantes que conducen al mismo cielo.
Mirada que atraviesa hasta el alma
y sigue embaucada al compás.

Y sin pensarlo, todos entendemos el lenguaje
porque siempre estuvo ahí,
desde antes de nacer.
Sólo que hoy despierta, despega y despliega
sus alas
desciende
como motitas de vibraciones palpitantes
que se pegan en cada poro
y te acompañan hasta la almohada.
Ella baila
y baila hasta en el sueño
hasta la última nota.
Ella baila.
La música cesa.
Todos nos sentimos solos,
todos,
acompañados.

Fotografía: Javier Serrano


























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