fotografía: César Baroja |
HERIDAS
Heridas que nos encierran
heridas que no se cierran,
se disimulan ante el sopor
de la vida moderna
luego gritan en silencio
cuando no las ves.
A menudo sin saberlo
pero siempre sin permiso
y sin avisar.
Heridas que dirigen nuestros actos
con el miedo al volante
y la inseguridad en los pies.
Heridas que nos alejan
que construyen escudos
que se esconden bajo la piel.
Heridas que nos nublan
que nos estancan
y distorsionan el paisaje.
Heridas que nos mudan las palabras
cuando toca plantar la cara.
Heridas que se heredan
como ermitaño entre la hiedra
que espera que hierva la sangre.
Sangre que traerá más sangre
si no se frena la herida.
Herida.
Herida la vida, la estima, el valor.
Heridas.
Heridas que escuecen
pero alivian
si las escuchamos
aceptamos
transmutamos
las sacamos a pasear.
Y una vez vencida la herida,
lo que queda, es la vida.