Ese
estar.
Ese
sentirnos tanto
que
se ahogan palabras.
Ese
respirar profundo.
Sentimiento
de ola.
Que
te arroya
te
penetra
te
sumerge…
para
dejarte otra vez
flotando
y
encontrar paz.
Paz…
En
este océano hecho de aire
y de
todo
lo
que no nos contamos
con
la boca
y
nos contamos con el tacto.
Con
ese sentirnos tanto.
Ese
sentimiento de imán
irreversible.
De
dos cuerpos que encajan.
Como
las dos únicas piezas de un puzle
que
se encuentran.
Como
los engranajes de un reloj
que
nunca ha de ponerse en marcha.
Como
un lunes precede a un martes
y el
sábado al domingo.
Inútil,
pero inevitable.
Y
así es como me encanta ser
completamente
ineficaz contigo.
Porque
contigo no existen metas,
recetas,
horarios ni calendarios.
Me
basta con existir.
Y
sentir…
sentirte
tanto.
Sentirte
tanto, amor,
que
ni siquiera sé
si
es bastante.