Sé que eres madre, médico, artista,
atleta y si hace falta, malabarista
que en una hora podrías ser psicóloga,
hacer un bizcocho y salvarnos a todos
de un naufragio.
Que todo lo que haces es cinco estrellas
que apenas te he visto nunca estar seria.
Y menos una lágrima, una queja, un lamento.
Sé que eres asombrosamente perfecta,
que eres bella por dentro y por fuera.
Y de verdad, todo eso me maravilla,
te admiro, eres mi gran suerte, me fascinas.
Pero te mentiría si no te dijera, mamá,
que lo siento pero yo
no aspiro a ser superwoman.
No aspiro más que a ser lo que soy
en el instante en el que existo.
Así, así de imperfecta.
Sé que me lo dices con cariño
desde tu afán por hacerlo siempre mejor.
¿Pero sabes?
No quiero sentirme culpable si no me da tiempo a hacer la cama alguna mañana
o si simplemente elijo no hacerlo.
No quiero sentirme culpable por priorizar mi descanso
a dejar los platos para lavar mañana.
No quiero sentirme mal por tener enredos
por estar débil, por no ser lo que otros esperan.
Por ir despeinada, despistada, desconjuntada
e incluso desaliñada.
Quiero hablarme con amabilidad.
Amarme y respetarme
establecer límites claros.
Aceptar mis heridas y besarlas todas,
porque sé que en el fondo eso me hace más fuerte y más humana.
Quiero poder pedir ayuda
cuando el cuerpo duda.
Cuando me ahogo, flojeo
o si veo que no puedo.
Porque sinceramente, a veces no puedo.
Y no pasa nada, está bien así.
Quiero respetar mi ritmo orgánico.
Permitirme no hacer nada si es lo que siento,
limitarme a ser, sentir lo que contemplo.
Enfrentarme al silencio.
Escucharme también.
No quiero sentirme mal si algo no ha salido como imaginaba,
sino tomarlo como una oportunidad para aprender y hacerlo mejor mañana.
Soy imperfecta y lo siento si no es lo que esperabas,
pero lo cierto es que me enorgullece serlo, poder permitirmelo.
Y la verdad, me encantaría que a veces tú también lo hicieras,
que te dejaras sostener por nuestros brazos cálidos, de veras.
Sé que es difícil pedirle a algo así a una superwoman.
Pero no pasa nada, está bien así.
Te quiero y te admiro con todo lo que eres
y te doy las gracias por traerme al mundo y darme cariño y el afán de ser mejor persona,
pero mejor a mí manera.
Así, perfectamente imperfecta.
Porque así es como debe ser,
o mejor dicho, como quiero que sea.
Fotografía: Alicia Petrashova