La otra cara de Europa. Día 2
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Fotografía: Paloma Agramunt |
Para ellos no existen fronteras. Hoy han asaltado las de la universidad, donde se asientan todos entre tiendas de campaña y distintos idiomas vibrando juntos, diferentes pero unidos por una misma causa de la que me siento lejos de poder entender y aún más lejos de atrapar la solución que ponga fin a este delirio humano. Pero no importa. Nuestros corazones laten y siguen cantando esa melodía que dice “mañana será otro día, mañana salvaremos el mundo”.
Y con ese latido nos dirigimos al siguiente punto, un centro donde numerosos voluntarios trabajan para aquel día en el que finalmente llegarán los refugiados, con la esperanza de tener un sitio más digno, un precedente de bienvenida y de integración. Y aunque cada pequeña tarea parece un diminuto grano en el Everest, nuestro corazón late y nosotros seguimos, nosotros seguimos.
¿Y mañana? Mañana será otro día.
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