DIARIO DE ABORDO. Semana 10.


Todo ha cambiado desde que soltamos amarras.
La inquietante espera explotó
en un estallido de olas
y turnos cada dos horas.
Atrás han quedado las despedidas,
ahora es un irnos constante
y hasta los mejillones se preguntan
dónde están sus raíces.

No queda ya más rutina
que las exigencias del presente.
No queda ya más reloj
que las manecillas del sol y las mareas.

Ahora el concierto es diferente:
A los instrumentos de viento, las banderas
el motor a la percusión
los de cuerda, todo aquello que olvidamos amarrar.
Y de la danza ya se encarga el agua en su depósito.
Lo importante es que toquemos todos al mismo son,
El
  son
     de
       las
          olas 
              del

                Atlántico.

Share:

0 comentarios