TU CUERPO · CASA · HOGAR



fotografía: Alicia Petrashova


Voy a mudarme a ti. Acurrucarme en el jardín de enredaderas que guardas en tu pecho y descansar ahí hasta que pase el invierno. Entonces me colgaré de tus manos y balancearé mi risa a carcajadas. Tus labios serán mi cocina, donde saborear los platos de mil abuelas. Tus piernas serán mi abrigo y la sala de estar, tus mejillas (no se me ocurre mejor sitio donde emplear ese verbo que en tu sonrisa). En tu pelo voy a contarte historias y hacerte cosquillas hasta encontrarte soñando. Me deslizaré por tu cuello y me vestiré de tu ombligo. Después voy a bañarme en tus ojos, bucear hasta encontrar peces de colores. Sé que coleccionas de todos los tipos. Saltaré encima de tus nalgas y gritaré la palabra LIBERTAD en idiomas inventados. Haré pompas de jabón en tu sexo, que te (re)correrán de los pies a la cabeza. Aprenderé música con tus oídos y dormiré en el hueco de tu espalda, haciendo puzle con todas mis curvas. Tu mente será el desván de los momentos compartidos, vamos a guardarlos todos y a hacer con ellos avioncitos de papel para poder volar cuando haga falta. Tu olor perfumará el jardín, podemos plantarlo en tus pies, así brotarán raíces fuertes y en tu torso plantaremos besos como Hansel y Gretel, para no perderme el camino hacia tu rostro.

Si te parece empezamos pronto. No te preocupes por el espacio; daré largos paseos, abriremos las ventanas para que entre el oxígeno, tendrás tus rincones secretos, tus cabañas en el árbol y no hace falta que te diga, que en mi cuerpo estás bienvenido.

Si te parece, voy haciendo las maletas. Ve haciendo hueco para todo el amor, los mordiscos y la risa que te espera. Habrá que ir cerrando heridas y desempolvando sonrisas. O traemos unas nuevas. No hay prisa amor, el camino se hace andando. Pero yo mientras me tumbo en tu pecho a escuchar las olas de tus pulmones y cuando tú quieras abrir la puerta, yo vengo a regarte el jardín.



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