DIARIO DE ABORDO. Semana 14.

  
Cuando todo va bien
o nada va mal,
que es diferente,
escribir es algo así
como buscar una aguja
en un océano de estrellas.
Todo brilla,
nada pincha.

No hace falta gritar a las penas,
exigir al amor
o salvar el mundo en cuatro versos.

Quizás sea por eso,
por esa burbuja anti-rutina
en la que vivimos.
Tumbados de noche,
soñando de día.
Y ya ven, así andamos:
durmiendo despiertos
o despertando dormidos
y no sé qué es peor.

Ofreciendo una ventana al mundo
donde no está tan claro
por dónde se mira.

Así que vengan, espectadores,
tomen asiento que de observar…
nosotros nos ocupamos.

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