MAMÁ
Eres tan todo que aún no me creo que bajo ese brillo que almacenas en tus ojos, no escondas una capa de heroína. A mi no me engañas. Como si cualquiera pudiera llegar y
curarte en salud, hambre y tristeza en lo que saca la lengua un sapo. Que a saber qué clase de pócimas viertes en tus bizcochos
que logras que se levanten hasta los muertos al olor de tu sonrisa. Porque haces deporte trabajo arte amor negocios medicina educación cocina y aún tienes hueco para ser preciosa.
No sé qué clase de pacto habrás firmado, qué clase de hechizo contrato o brujería pero desde luego tu magia funciona hasta el punto en que nos vemos corriendo pasmados a beber las gotas
que desprende tu energía. Y de pronto nos hacemos más fuertes y valientes y nos salen
músculos y la vida parece más fácil. Y nos dan ganas de adornarla como tú haces. Bueno, lo intentamos. Cada uno a su manera. Pero siempre con tu sonrisa empujando. Empujando todo lo que toca, elevándolo a una cima llena de primaveras.
Así que a ver si dejas ya de intentar demostrar que todo lo que haces es 2+2=4 y vale menos que un fármaco caducado. Sabemos que tienes súper poderes. Menudo cabreo debe llevar Papa Noel, le has superado hasta en eso.
Pero sé que esta noche, le dejas su rato de gloria que se eche los méritos de la magia y los regalos mientras le guiñas el ojo y escondes tu capa de SuperLaura.
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