ABRAZO A LA DERIVA
Cuando por fin me creo
a salvo de tu ausencia
se aprovecha
me pilla desprevenida perdida
en algún rincón
y me atropella.
Se ríe de mí
como esta sopa china
que no acepta mi garganta
ya se encargan tus recuerdos
de impedir el paso
a cualquier ingrediente
que no se llame abrazo.
Y eso que los tuyos
fueron tan escasos
que ni si quiera recuerdo
si realmente fui feliz
o es que me cegó
la intermitencia de tu faro
que alumbraba mi camino
o lo cedía a la deriva.
Por igual, sin preferencias
o lo opuesto, no recuerdo.
Pero algo debió pasar
entre todos esos naufragios
algo terriblemente plácido
algo tan dulce tan salado
que mi piel no se olvida
de la paz que da tu abrazo.
0 comentarios